Y no lo puedo negar, le quiero demasiado, pero tampoco puedo negar, que preferiría no hacerlo. Preferiría a alguien al que de verdad pudiera creer que soy la única, que pudiera creer que todo lo que me dice solo me lo ha dicho a mí, que todo lo que siente solo lo ha sentido por mí, pero este no es el caso, lo peor, es que aun así no hay cielo que se compare con sus ojos y el sol podría salir con que solo respirara. Y levantarme pensando en el, para acostarme pensando en el. Que siento como si se parase el mundo cada vez que me besa, por mucho que retumben otros latidos al lado de los nuestros. Con el no existe nada más. Y moriría por tenerle cerca todos los días. Hace que me lata más fuerte el corazón cuanto más se acerca. Es que es perfecto a mi manera. Porque cada vez que me quedo mirándole solo puedo pensar en cuanto lo quiero muriéndome por dentro, es imposible describirlo con palabras, y que espero ser la razón de su sonrisa. Pero también espero que me perdone si necesito sus ojos como oxígeno; que es el único capaz de abrir el cielo solo para mí. Aunque también espero que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado, y debería saber que es a quien más quiero, lo que conlleva a que es el que más daño me puede hacer. Espero contar siempre con su abrazo, que esté loco por mí, y que no se le olvide recordármelo; porque le propongo lo imposible, le propongo un comienzo, pero dudo que le proponga un final.
Te querré siempre
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